No entiendo la gente que pide perdón. Yo desde que soy chico que sueño  en que va a volver mi vieja y me va a pedir perdón por haberme  abandonado. Y después me termino dando cuenta que aunque venga, un  simple perdón no va a compensar treinta años de abandono.
La gente actúa con total liviandad, total haga la barbaridad que haga después te pide perdón y listo.
Si,  te ahorro, puedo ser un bicho raro, pero para mí ‘nos vemos’ es ‘nos  vemos’, ‘ te llamo’ es ‘te llamo’, ‘te quiero’ es ‘te quiero’. Si yo  digo que voy a estar ahí vos sabes que voy a estar ahí. Ahora cuando  alguien me dice a mí que va a estar ahí lo dudo, porque se perdió el  valor de la palabra. Te pueden fallar total después vienen, te piden  perdón, y ya está, así de fácil.
Pedir perdón no debería tomarse con  tanta liviandad. El castigo precede al crimen decía Dostoievski, porque  uno antes de cometer el crimen sabe el dolor que generará y asume la  culpa. Esa culpa es el castigo ¿y uno pretende redimir esa culpa con un  simple perdón?.
Un perdón no puede reparar lo que hicimos mal. Para  pedir perdón antes hay que estar dispuesto a reparar. ¿De qué sirve  pedir perdón cuando no hay manera de reparar lo que hiciste mal?
Cuando  no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra  culpa. Cuando no nos perdonan nos obligan a hacernos cargo de lo que  hacemos. Un simple perdón no puede borrar el dolor que se causó.
Pedir  perdón es poner una curita en una herida abierta que nosotros mismos  provocamos. Insuficiente y a destiempo. Recién cuando nos hacemos  responsables de lo que hacemos, ahí se puede empezar a construir algo  distinto.
Suplicando a los gritos, de rodillas, implorando en todos  los idiomas, pedir perdón no alcanza, no repara, no alivia si no nos  hacemos responsables de nuestras acciones.
Cuando no nos perdonan nos  obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa. Porque un simple  perdón no pude borrar el dolor.
Hay cosas imperdonables aunque se pida perdón en todos los idiomas.
 
